La apicultura se encuentra en un momento complicado, como describen en AVA – ASAJA, al borde del colapso. La propuesta de revisar al alza las cuotas de importación sin arancel de miel procedente de Ucrania —incluida en la nueva revisión del Acuerdo de Libre Comercio Amplio y Profundo (DCFTA) entre la Unión Europea y el país eslavo— amenaza con dar la puntilla definitiva a un sector ya de por sí muy debilitado. Según argumenta la Asociación Valenciana de Agricultores, esta modificación supondría un incremento del 583% respecto al volumen actual, pasando de las 6.000 a las 35.000 toneladas de miel ucraniana que podrían entrar en el mercado comunitario sin ningún tipo de tasa.
Desde AVA-ASAJA advierten que este aumento descontrolado de importaciones a bajo coste no solo supondría una nueva presión para los precios en origen, sino que agravaría una situación crítica que se viene arrastrando desde hace años: incremento de costes, sequía, plagas, escasez de tratamientos eficaces y, por si fuera poco, una competencia desleal que hunde las cotizaciones mientras los apicultores cumplen con todos los requisitos de calidad, seguridad alimentaria y sostenibilidad exigidos por la normativa europea.
A ello se suma el avance imparable de especies invasoras como la vespa velutina y la vespa orientalis, y los problemas cada vez mayores para hacer frente a enfermedades como la varroa. “Los pocos productos autorizados generan resistencias, los más eficaces están fuera del alcance económico de muchas explotaciones, y todo esto mientras los precios se estancan o incluso bajan”, explican desde la organización.
El nuevo responsable de la sectorial de apicultura de AVA-ASAJA, David Sánchez, lo resume con contundencia: “El incremento desmedido y sin reciprocidad de las importaciones ucranianas de miel puede suponer la puntilla para el sector. La UE quiere ayudar a Ucrania, pero no a costa de la apicultura, que además de producir miel cumple una función vital para la polinización, otros cultivos y la biodiversidad”.
Sánchez también critica la opacidad del etiquetado actual, que permite comercializar mezclas de miel con jarabes de azúcar sin que el consumidor pueda distinguirlo claramente. “Entre el aumento de las importaciones y la insuficiente normativa del etiquetado, Bruselas está arruinando a los apicultores y engañando a los consumidores, que creen que compran miel cuando muchas veces están adquiriendo un producto fraudulento”, señala.
No se trata de un problema aislado. La preocupación se extiende también a otros sectores agrarios europeos. Desde el COPA-COGECA y otras entidades agrarias comunitarias se ha trasladado su “inquietud” ante el volumen desproporcionado de las concesiones que plantea la Comisión para productos sensibles como la carne de ave (+30%), los huevos (+300%), el maíz (+54%), el alcohol etílico (+25%) o el azúcar (+498%).
“La magnitud de estas concesiones —advierten desde el COPA— deja a los productores europeos completamente expuestos y sin respaldo, en un momento en que la presión por la liberalización comercial acumulada ya es más que suficiente”.
Por ello se ha exigido a las instituciones europeas y al Gobierno de España que se posicionen con claridad en defensa de la apicultura y de los sectores agrarios más sensibles. “No se puede construir solidaridad internacional sacrificando a quienes garantizan la soberanía alimentaria y la vida en el medio rural”.
Fuente: AVA-ASAJA