Estrategia de Ciencias de la Vida
Tras la adopción de la nueva Estrategia Europea de Ciencias de la Vida, Eat Europe y Farm Europe expresan
su profunda preocupación por el enfoque adoptado, que va en contra de la evidencia científica y la
protección de la salud pública.
Aunque algunos cambios respecto a versiones filtradas anteriormente
parecen haber eliminado referencias explícitas a la aceleración de los procesos de aprobación de alimentos
sintéticos que quisieran disfrazarse de «nuevos alimentos» -ocultando los intereses de las grandes
multinacionales del agronegocio-, persisten varios elementos negativos.
El principal de ellos es la minimización de los riesgos asociados a los productos ultraprocesados.
El documento parece allanar el camino para la promoción de tales productos, citando supuestos beneficios
en términos de sostenibilidad o accesibilidad, mientras ignora el bien documentado daño que suponen
para la salud humana. La referencia a estos riesgos es débil y completamente inadecuada a la luz del
creciente conjunto de pruebas científicas que relacionan los alimentos ultraprocesados con mayores tasas
de obesidad, enfermedades no transmisibles, afecciones metabólicas y cardiovasculares y cáncer.
Y esto es aún más grave en un momento en el que la UE está inmersa en debates en el seno de Naciones
Unidas de cara a la adopción de la Declaración sobre Enfermedades No Transmisibles, prevista para el
próximo mes de septiembre. Resulta paradójico que haya sido Estados Unidos -un país en el que más del
60% de la población es obesa- quien haya llevado a la ONU la cuestión del consumo de alimentos
ultraprocesados y altamente formulados como una de las principales causas que deben abordarse en la
lucha contra las enfermedades no transmisibles. Mientras tanto, la Unión Europea, que debería ser
defensora de una dieta equilibrada basada en alimentos naturales y saludables, parece estar aceptando la
agenda de las grandes multinacionales de la alimentación, cuestionando un vasto y bien establecido corpus
de literatura científica sobre los daños de los UPF y los beneficios de modelos dietéticos alternativos.
Del mismo modo, planteamos serias dudas sobre cómo se está abordando la cuestión de la innovación
destinada a producir alimentos sintéticos. La salud de los ciudadanos europeos no puede tratarse como una
limitación marginal o como algo que simplemente «no debe comprometerse».
Debe ser la máxima prioridad.
Por esta razón, nos parece inaceptable acelerar la comercialización de alimentos derivados de estas nuevas
tecnologías antes de que se completen todos los estudios clínicos y preclínicos necesarios, basados en
pruebas científicas independientes y transparentes que garanticen su verdadera seguridad. En el mismo
sentido se pronunció recientemente la Iniciativa COMITRE del Parlamento Europeo.
En este contexto, es esencial que el «Diálogo Alimentario» y los espacios de consulta científica esbozados en
la Estrategia sean realmente inclusivos y plurales.
Eat Europe y Farm Europe, que representan al sector agrícola y alimentario anclado en los valores agrícolas
y alimentarios europeos y reúnen a una amplia red de expertos, médicos y científicos independientes,
están dispuestos a contribuir activamente a llevar la voz de la ciencia independiente y la salud pública al
debate europeo.
Una Estrategia Europea de Ciencias de la Vida creíble debe dar prioridad a la salud, la transparencia y la
calidad. No podemos aceptar que se utilice para reforzar modelos industriales basados en alimentos
artificiales o ultraprocesados.
Las claves:
⚠️ 1. Promoción indirecta de alimentos ultraprocesados (UPF)
La estrategia minimiza los riesgos de los UPF, pese a que hay un amplio consenso científico que los vincula con:
- Obesidad
- Enfermedades cardiovasculares
- Trastornos metabólicos
- Cáncer
- Enfermedades no transmisibles (ENT)
➡️ En lugar de advertir sobre estos riesgos, se destacan supuestos beneficios de sostenibilidad y accesibilidad.
⚠️ 2. Debilitamiento del principio de precaución en alimentos sintéticos
Aunque se han eliminado referencias explícitas a acelerar su aprobación, la estrategia sigue allanando el camino para su comercialización sin garantías plenas de seguridad.
➡️ Eat Europe y Farm Europe denuncian que se prioriza la innovación tecnológica sin completar estudios clínicos y preclínicos independientes y transparentes.
⚠️ 3. Agenda favorable a grandes multinacionales del agronegocio
Se considera que el texto refleja intereses industriales, dejando de lado:
- La salud pública
- La seguridad alimentaria
- Los modelos tradicionales basados en productos naturales
➡️ Se teme que la estrategia sirva para reforzar modelos de producción artificial e intensiva, no para proteger al consumidor.
⚠️ 4. Contradicciones con la postura internacional sobre las ENT
Mientras EE.UU. lleva a Naciones Unidas la necesidad de limitar los ultraprocesados, la UE parece rebajar su preocupación, pese a ser una región con tradición en alimentación saludable.
➡️ La UE no lidera con coherencia en el debate global sobre enfermedades no transmisibles.
⚠️ 5. Falta de pluralidad e inclusión en el diálogo científico
Los espacios de consulta previstos en la estrategia no garantizan pluralidad ni independencia científica.
➡️ Se exige un diálogo real donde participen:
- Profesionales sanitarios independientes
- Agricultores
- Expertos en salud pública
- Científicos no ligados a intereses industriales
Fuente: Eat Europe y Farm Europe