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¿Bastará la llamada de los banqueros estadounidenses para contrarrestar a Trump?

Frente a las provocaciones y dilaciones del presidente Trump en materia comercial, la Unión Europea ha adoptado hasta ahora una línea moderada.

La lista de contramedidas presentada por la Comisión Europea en respuesta a los aranceles estadounidenses adicionales sobre el acero y el aluminio incluye ciertamente algunos productos agrícolas, como la soja. Sin embargo, si se aplican, las repercusiones serán moderadas tanto para el sector agroalimentario europeo como para el estadounidense. Se trata esencialmente de materias primas que importaremos de otras partes del mundo, dejando así espacio a las exportaciones estadounidenses.

El giro de 180 grados de Trump sobre los aranceles del 20% que pretendía aplicar como base a todas las exportaciones europeas, y que ha suspendido durante 90 días, da pie a la discusión, pero no hay que olvidar que en la mente del presidente estadounidense se aplicará en todo caso un arancel del 10%.

Este giro -solo por un tiempo o más duradero- se debe sobre todo a que los principales banqueros estadounidenses han agitado en el Despacho Oval el riesgo inminente de una crisis financiera cuya única y nombrada causa es Trump.

De ahí esta suspensión, salvo para China con la que EEUU está en plena escalada de represalias y contrarrepresalias.

  • Encontrar soluciones innovadoras para evitar la escalada y preservar sus intereses agrícolas y agroalimentarios (superávit comercial de 15.400 millones de euros en 2023) cuando las exportaciones agroalimentarias europeas tienen un alto valor añadido y serían más difíciles de reorientar a otros mercados.
  • Reconocer que los EEUU de Trump no tienen tiempo para las reglas de la OMC y están socavando el ideal de la Unión Europea de un comercio global basado en reglas (OMC) que se aplican a todos.
  • No convertirse en el vertedero de las exportaciones chinas, que están viendo cómo el mercado estadounidense se cierra de golpe. Tanto en relación con China como con la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea no puede permitirse ser el blanco de la broma estadounidense.

Por último, la UE debe adoptar la postura de que, para defender sus intereses ofensivos, debe dirigir sus represalias hacia los sectores y mercados de consumo en los que las grandes empresas estadounidenses (GAFAM) no pueden permitirse perder terreno. Porque si bien el 20% podría no aplicarse, el 10% es casi seguro.

Fuente: Farm-Europe

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