Lamentamos igualmente el partidismo demostrado por la Comisión Europea (CE), a través de su vicepresidente, Frans Timmermans, y el propio comisario de agricultura, Wojciechowski, que en esta fase de negociaciones, en lugar de actuar como instrumento facilitador del acuerdo, tendiendo puentes entre las partes realmente involucradas en el proceso, se han situado claramente en las posiciones más radicales de una de ellas, con clara intención desestabilizadora, como recordaron el ministro de agricultura Planas y otras muchas delegaciones durante la sesión del Consejo de más de dos días y sus noches de duración.
Por otro lado, ASAJA recuerda que, cuando se habla de nuevas ambiciones climáticas y medioambientales, los agricultores y ganaderos ya están sometidos y asumen numerosos e importantes compromisos en esta materia en la actual PAC, por lo que los nuevos esfuerzos deben ser debidamente justificados, incentivados y remunerados, porque como indica el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato “es difícil ser más verde cuando los números cada vez son más rojos para el agricultor y ganadero”.
En este sentido, desde ASAJA queremos resaltar que ante la reducción de los fondos de la PAC –que se acordó en el pasado Consejo de julio de 2020-, la creciente competencia internacional y los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales que lidera la UE, los agricultores deberán realizar nuevos e importantes esfuerzos para cumplir con todas las exigencias.
ASAJA resalta el compromiso de los agricultores y ganaderos con los europeos y la PAC y sus buenos resultados. Al contrario de lo que desde otros colectivos se ha atacado insistentemente y sin fundamento, los compromisos de nueva PAC post 2023 no se trata de un «blanqueamiento ecológico», sino un desafío importante tanto para las pequeñas como las medianas y grandes explotaciones.
Los agricultores y ganaderos trabajamos sobre el terreno y somos conscientes de los problemas medioambientales. Somos y seremos los primeros en sufrir sus consecuencias, es por eso que los negociadores de la UE deberían confiar en que el sector hará un esfuerzo suplementario siempre que sea legisle de una manera realista. De hecho quisiéremos recordar a nuestros legisladores que de sus decisiones dependen que se implementen nuevas inversiones en las explotaciones, empleos en el medio rural o incluso de los sueños de los futuros agricultores europeos.
Por último, ASAJA confía en que, finalmente, Parlamento Europeo y Consejo aprueben antes del fin de la presidencia portuguesa, este importante paquete y que, después de tres años de negociaciones, se logre un acuerdo equilibrado y satisfactorio para los intereses y expectativas de millones de agricultores españoles y europeos.