El presidente de esta organización agraria, Manuel Laparra, considera que estas trece alegaciones representan el consenso alcanzado en Extremadura por todos los representantes del sector agrario, entre los que se encuentra APAG EXTREMADURA ASAJA. Esta organización ha luchado, y lo va a seguir haciendo hasta el final, para que esta nueva normativa que pretende aprobar el Ministerio de Agricultura se ajuste lo máximo posible y beneficie a los productores extremeños, “que representan la auténtica joya de la corona del ibérico en referencia al resto de producciones del país”.
“No se entiende una nueva norma que no recoja los intereses de Extremadura, que es la base fundamental de la producción del ibérico de España”, subraya Laparra, quien asegura que esta organización “va a seguir defendiendo hasta el último segundo” ante el Ministerio una normativa “eficaz y clara”.
Esta nueva norma debe de servir como herramienta básica para la mejora del sector, absolutamente hundido en la actualidad, entre otras cosas también porque la anterior no se llegó a aplicar como se debía y contenía graves carencias importantes que ahora deben evitarse.
Para ello, Laparra insiste que la nueva normativa debe de buscar una simplificación de cara al consumidor, al que actualmente le es imposible de distinguir entre ocho categorías que se encuentran en el mercado. Por ello, desde Extremadura proponemos para que se limiten a dos, por un lado de bellota y por otro de cebo tradicional, que representan, como se ha demostrado históricamente, una gran calidad.
También esta organización considera imprescindible que los más radicales representantes del cerdo ibérico puro no insistan en que la dehesa sólo se conserva con la presencia del ibérico puro porque esa tesis es falsa. El gran porcentaje de cerdos que la pueblan, como se demuestra cada año estadísticamente, son los ejemplares de ibérico (a partir del 50% de raza ibérica).
Lo que sí parece lógico es que se pretenda garantizar la permanencia de la raza ibérica. Precisamente, estas alegaciones van en esta línea ya que todas las madres ibéricas deberán están inscritas en los libros genealógicos.