En el Día Mundial de la Mujer Rural, la Organización Agraria valora que en el último año, la Administración nacional y regional han hecho un esfuerzo por reconocer la figura de la mujer rural, gracias a la Ley sobre Titularidad Compartida y al Registro de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias en Castilla-La Mancha.
Sin embargo, para ASAJA de Castilla-La Mancha es necesario aprovechar el espíritu emprendedor de las mujeres y ayudarles con medidas específicas a crear empresas en el medio rural, lo que se traduciría en generación de empleo y, por ende, mejoraría la coyuntura económica del país.
Además, para terminar el proceso de reconocimiento de la mujer rural, es necesario que la sociedad deje atrás las viejas premisas que consideraban el trabajo de la mujer del campo como ayuda familiar, menospreciando los derechos de igualdad entre hombres y mujeres.
Las mujeres que viven en los pueblos son trabajadoras y constantes. Tienen formación y están implicadas en los procesos de modernización de la vida económica, política, social y cultural del mundo rural. Además del trabajo en el campo, se ocupan del hogar, superando las dificultadas para conciliar la vida laboral y familiar y todo ello, con menos servicios que en las ciudades.
En definitiva, existen mujeres en los pueblos responsables de la economía familiar y de las cuentas de los negocios familiares, adaptadas a las nuevas tecnologías, con un bagaje importante de formación cultural, deseos de participar en la vida política, interés por la innovación y el cambio y mucha esperanza por cambiar la situación que han vivido sus madres y sus abuelas. Por ello, y para evitar que desaparezcan los pueblos, es necesario comenzar un proceso de desarrollo rural en el que estén presentes las mujeres. De lo contrario, las perspectivas de la sociedad rural están llamadas al fracaso.