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Dacian Ciolos: China y Europa – Una nueva ambición para una nueva agricultura basada en el conocimiento

Beijing/ Academia de Ciencias Agrícolas de China

13 de junio de 2012

Es un honor dirigirme a ustedes hoy, me gustaría agradecer a las autoridades de la  Academia haberme invitado a hacerlo.

Me gustaría agradecer a los 41 institutos de investigación CAAS y a su personal por la activa cooperación que tienen en muchos proyectos actuales en el campo de la agricultura, la alimentación, la protección medioambiental y las tecnologías a nivel europeo o con los Estados miembros de la Unión Europea.

Estoy seguro que para los próximos 5 a 10 años, vamos a llevar a cabo una gran cantidad de todo el trabajo realizado y la cooperación desarrollada hasta el momento. Existe una necesidad real e interés, por ambos lados, para fortalecer la cooperación estratégica entre nosotros.

En Europa, nos gusta decir que la Necesidad es la Madre de la Invención. Una y otra vez, como humanos, hemos demostrado una habilidad formidable para ser inventivos e innovadores cuando nos enfrentamos a nuevos desafíos. Y probablemente en China, se ha hecho más que en cualquier parte del mundo en el área de la agricultura.

El hecho de que se las han arreglado para alimentar a 1.400 millones de personas es  una fuente importante de optimismo, sobre todo sabiendo que la tierra cultivable de China representa sólo el 10 por ciento de la tierra total cultivable en el mundo. Y han demostrado que pueden sustentar más del 20 por ciento de la población mundial. Pero todavía, el futuro será descubrir nuevos retos. La necesidad de invertir y trabajar juntos está más presente que nunca.

Como expertos, conocen perfectamente las cifras. Tenemos que estar preparados para que en 2050 se pueda alimentar a 9.000 mil millones de personas que seremos en el planeta – esperemos que ofreciendo mejores condiciones de vida y un acceso seguro a alimentos sanos y de calidad para nuestra gente. Sabiendo que la hambruna afecta actualmente a casi 1.000 millones de personas. Esto da una idea de la dimensión de los próximos retos que se plantean.

Si la tendencia del consumo actual continúa, podemos esperar que la demanda de alimentos se incremente en un 70 por ciento, a la vez que lo hará la demanda de piensos, fibra, biomasa y material.

Por lo tanto, esto lleva a dos importantes cuestiones:

·         ¿Somos capaces de hacer frente al desafío de la seguridad alimentaria del siglo XXI?

·         Entonces, ¿Cómo conseguimos ese objetivo?

En el pasado, hemos logrado ganancias de productividad de hasta un 20 por ciento por década. Pero hemos visto el impacto de ciertas técnicas agrícolas, que llevan a la sobreexplotación de los recursos naturales y a un impacto negativo en el medioambiente. Los costes de esos efectos colaterales son difíciles de evaluar. En Europa, los científicos consideran que sólo el 11 por ciento de nuestros ecosistemas están en buen estado, el 45 por ciento de los suelos de la UE sufren de problemas de calidad.

Por eso, para resumir en pocas palabras, debemos producir más con menos, que implica fundamentalmente un cambio hacia una senda de crecimiento diferente.

Estamos entrando en un mundo que el que no sólo hay incertidumbres relativas al cambio climático y medioambientales sino también incertidumbres económicas, con una volatilidad de los mercados sin precedentes, e incertidumbres sociales, generadas por ejemplo por la gran brecha entre el nivel de vida en las áreas urbanas y rurales.

Estos tres climas de incertidumbre crean inestabilidad y reclaman acción a nivel local, nacional e internacional.

Por supuesto, necesitamos invertir recursos tanto humanos como financieros en investigación e innovación – a estos importantes aspectos volveré más tarde. Pero también necesitamos invertir en el papel multifuncional de la agricultura como la principal estructura de nuestras áreas rurales. Y esto va más allá de la aritmética, más allá de una política sólo encaminada a aumentar los rendimientos de los campos o la productividad de la leche.

Los retos actuales son complejos. Necesitamos adoptar una nueva perspectiva sobre la agricultura para poder considerarla en todos sus múltiples aspectos. Además de la seguridad alimentaria, que por sí misma es muy compleja, existen las variables de los recursos naturales a preservar y del desarrollo territorial – es decir las actividades económicas que traen puestos de trabajo y crecimiento a las áreas rurales.

Esta nueva perspectiva también significa tener en cuenta todos los aspectos relativos a la economía agrícola, incluyendo, por ejemplo, el tema del valor añadido dentro de la cadena alimentaria, la organización de sectores específicos y, sobre todo, un desarrollo equilibrado de las áreas rurales. Estoy convencido de que los ingresos de los agricultores y la diversificación de las economías rurales (por ejemplo en turismo), son parte de la respuesta al reto de la seguridad alimentaria mundial a largo plazo.

Esta es la razón por la que, en los últimos años, la Unión Europea ha desarrollado un enfoque holístico para el Desarrollo Rural. Junto con los 27 Estados miembros de la UE, creamos programas de desarrollo rural con objetivos, metas e indicadores de éxito a nivel nacional y algunas veces a nivel regional.

Este enfoque estratégico implica una gobernanza a varios niveles. Involucra a autoridades de la Unión Europea, nacionales, regionales y locales, dentro de una planificación de unos siete años. Implicó a institutos de investigación y la cooperación entre expertos. Involucra a las autoridades públicas e iniciativas privadas y una alta gama de conocimientos y experiencias.

En este contexto, también se creó una estrategia llamada “LEADER” que, de momento, tiene 2300 grupos de acción local. Este enfoque se convirtió en un modelo para otras políticas a nivel europeo. LEADER involucra a todos los asociados públicos y privados alrededor del concepto de comunidad para crear dinamismo a nivel local con el fin de conseguir acciones muy concretas: desarrollar una corta cadena alimentaria, aumentar el valor añadido de los agricultores locales mediante la inversión en el proceso de alimentos a nivel local, etc.

LEADER ha echado raíces en la tierra, ha brotado y ha comenzado a producir los frutos que hoy vemos. En los próximos años nos ayudará a fortalecer las conexiones entre las zonas rurales y urbanas.

A nivel europeo, compartimos las “buenas historias” a través de la Red Europea de Desarrollo Rural para fomentar las buenas prácticas. Y estoy convencido de que podríamos seguir aún más el intercambio a nivel internacional de este enfoque, así como en tecnologías.

Esta experiencia puede también ayudarnos a hacer nuestra política de desarrollo e investigación más  eficiente. En los sesenta y setenta, como dije, hubo importantes retos, pero eran más sencillos que los actuales. En su mayor parte, los problemas que tuvieron que abordar los investigadores implicaban una única variable: el aspecto cuantitativo de la seguridad alimentaria.

Actualmente, necesitamos encauzar todos los problemas de una forma inclusiva. Esto significa que se necesitan más fondos para investigación e innovación – y la Comisión Europea se compromete a doblar los fondos para investigación e innovación en agricultura para el periodo 2014-2020. Mientras tanto, se necesitan nuevos métodos y más cooperación entre nosotros a nivel técnico y político.

Los dos elementos claves para el futuro son:

·         Poner a disposición y difundir la riqueza de conocimientos existentes. Hoy en día las herramientas de comunicación hacen que la información esté disponible a un ritmo sorprendente.

·         Desarrollar los conocimientos y dar forma a las habilidades que constituirán las bases de la competitividad económica y ecológica de la agricultura del siglo XXI.

En  Europa, estoy trabajando en estrecha colaboración con mi colega, Màire Geoghegan-Quinn, Comisario europeo a cargo del la investigación y desarrollo, para poner en marcha un conjunto de eficientes herramientas para la agricultura en torno a tres elementos diferentes:

·         Servicios de Asesoría Agraria;

·         Programas de desarrollo rural que ofrecen mejores medidas de cooperación e innovación;

·         Y una nueva Asociación Europea de Innovación,

Estos tres elementos tienen por objeto:

·         Mejorar la identificación de los temas a investigar, implicando más a los agricultores, en las primeras fases;

·         Promover la investigación en todas las áreas y para todas las estructuras agrícolas. Cuantos más complejos sean los problemas, más se necesita que las soluciones se basen en una estrategia multidisciplinaria;

·         Apoyar no sólo la investigación pura sino también la investigación aplicada y la innovación;

·         Y por último, pero no menos importante, asegurar que las buenas ideas no queden confinadas a publicaciones expertas y científicas, sino que estén disponibles para las explotaciones agrícolas, incluyéndose las pequeñas explotaciones, y se notifiquen a todos los agricultores.

Por todos estos aspectos, la cooperación internacional es crucial.

La cooperación entre Europa y China, los dos mayores productores agrícolas de el mundo es fundamental para tener éxito.

Sé que comparten este punto de vista de una mayor colaboración. Y durante mi visita oficial de estos días he comprendido mejor cuán amplio podría ser el ámbito de cooperación.

Estoy seguro de que muchas de nuestras prioridades podrían llevar a la cooperación.

De la gestión sostenible de los recursos (prioridad de la Asociación Europa de Innovación) para reducir desigualdades entre las áreas urbanas y rurales, y para mejorar la calidad de los alimentos, la seguridad alimentaria y estilos de vida saludables, podemos con seguridad compartir mucho y conseguir mucho más juntos que por separado.

Este es un proceso que ya empezó. Estoy seguro que puede fortalecerse añadiendo nuestra experiencia agrícola – y mis servicios para ello están disponibles, y listo para participar en este grupo de trabajo con el fin de definir las prioridades y los proyectos comunes.

Como Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, esta es mi segunda visita a China. La última vez, tuvimos una muy buena comunicación sobre la calidad de los productos que llevó a registrar diez alimentos de calidad chinos en Europa y diez alimentos de calidad europeos en China.

Estoy seguro de que vamos por el camino correcto si en los meses y años próximos nuestros científicos y expertos logran compartir al menos 10 buenas ideas, tan buenas como los productos que registramos.

Estoy convencido de que va a ser así. Y concluyo diciendo que como Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural Europeo, seguiré implicándome para que esto suceda.

TRADUCCIÓN DE ASAJA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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