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Preparación del terreno

 

La preparación del suelo antes de la siembra debería tener los siguientes objetivos:
 

  • Crear una estructura del suelo favorable para que la emergencia de las plántulas sea rápida y uniforme y permita a las plantas jóvenes tener un rápido acceso a los recursos vitales de los nutrientes, el agua y la aireación. Tanto el sistema de labranza convencional como el de labranza mínima tienen los mismos objetivos. Sin embargo, la labranza mínima limita el disturbio del suelo a las capas superficiales o a una pequeña abertura para cada hilera del cultivo. La labranza mínima usa frecuentemente maquinaria ligera que puede entrar al campo cuando está húmedo con la consiguiente ventaja de acortar el tiempo entre rotaciones o cultivos sucesivos. Esto puede ser un factor crítico para maximizar los rendimientos anuales.
  • Incorporar cualquier tipo de aditivos tales como cal, "composte", estiércol y agroquímicos para la nutrición de las plantas y el control de las plagas y, dependiendo del lugar, incorporar residuos de los cultivos previos.
  • Controlar malezas, plagas y enfermedades.
  • Dar forma a la tierra de tal manera que se pueda suministrar y drenar el agua de riego en forma eficiente, o que el agua se estanque lo menos posible; esto puede requerir nivelación, preparación de surcos, camas y otras operaciones.


No se podrá obtener un buen lecho de siembra si los equipos disponibles son los inadecuados para una preparación bien hecha y a su debido momento, sobre todo cuando las parcelas con de regadío.

Problemas de la preparación del suelo

Antes de la siembra es necesario prestar atención al tamaño de los terrones que quedan después de la labranza. Si son abundantes y de diámetro mayor a los 5 cm, pueden causar variaciones en la profundidad de siembra o dificultar físicamente la emergencia de las plántulas. Este es el momento adecuado para solucionar el problema.

Buscar indicadores de zonas inundadas antes de la siembra. La inundación puede causar la muerte de las plántulas.

Antes de la siembra, controlar a que nivel se encuentra la humedad del suelo: excavar hasta encontrarse con una zona más oscura o que se sienta húmeda.

Antes de la siembra, controlar que la capa de residuos del cultivo anterior sea lo suficientemente fina como para permitir la penetración de la sembradora a profundidades uniformes.

Controlar el encostramiento, una semana o dos después de la siembra. Desenterrar plántulas donde hay costra o donde la emergencia es variable. Las plántulas que no hayan podido atravesar la costra estarán dobladas o retorcidas y tendrán hojas largas amarillentas.

Si existen muchas semillas secas y que no germinaron quiere decir que el suelo estaba muy seco en el momento de la siembra.

Si existen muchas malezas y estas son más altas que las plántulas es porque no fueron controladas por la labranza de pre-siembra o porque esta labranza fue hecha demasiado tiempo antes de la siembra permitiendo una nueva emergencia de malezas

Causas de un mal lecho de siembra

 

  • La labranza se hizo cuando el suelo estaba muy húmedo dando lugar a un exceso de terrones.
  • La labranza se hizo cuando el suelo estaba demasiado seco, o hubo un exceso de labranza secundaria, causando una pérdida de estructura. Si hay una lluvia o un riego intenso, probablemente se formará una costra.
  • La estructura del suelo es pobre debido a la salinidad o a un exceso de sodio.
  • Los residuos no fueron suficientemente incorporados o su exceso no fue removido antes de la preparación del suelo.
  • El lapso entre la labranza y la siembra fue muy largo y el lecho de siembra se desecó.

 

Cómo mejorar el lecho de siembra

 

  • Reducir el tamaño de los terrones por medio de una segunda labranza. Sin embargo, prestar atención si el suelo está muy seco pues se podría destruir la estructura y dar lugar a un encostrado. ·Pueden prepararse pautas para cultivar la tierra según el contenido de humedad del suelo.
  • Minimizar el encostramiento reduciendo el número de labranzas secundarias que puedan pulverizar el suelo; dejar algunos residuos de cultivo sobre la superficie del suelo. Si hay aspersores disponibles, regar antes de la emergencia de las plántulas para ablandar la costra.
  • Si se practica la siembra directa después de un cultivo de alto rendimiento, como arroz, maíz o soja, elimine el exceso de residuos de modo tal que se pueda efectuar una siembra adecuada a una profundidad uniforme. Alternativamente, se deberá usar un equipo de siembra que pueda traspasar la capa espesa de residuos.
  • Programar la labranza de modo que no sea demasiado anterior a la siembra. El objetivo es favorecer a las plántulas del cultivo sobre las malezas que germinan o que rebrotan.
  • Usar labranza mínima de modo que todas las operaciones puedan ser hechas en el momento óptimo y completado rápidamente. Así se puede evitar un exceso de trabajo del suelo y la consecuente pérdida del mismo, dar lugar a menos terrones y reducir el gasto de agua ya que una menor proporción de suelo desnudo está expuesto a secarse al aire.