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Constituido un nuevo grupo de trabajo para poner en valor el fruto español


El cultivo del aguacate, que tradicionalmente se ha circunscrito a zonas muy concretas de Málaga y Granada y a las Islas Canarias se está expandiendo a otras provincias como Castellón, Valencia, Alicante, Huelva, Cádiz e incluso Almería, por lo que desde Asaja se ha considerado necesaria la creación de un grupo de trabajo sobre este cultivo en la que van a estar representadas todas las provincias productoras. El objetivo de esta mesa de trabajo será compartir información sobre la marcha de los cultivos así como debatir y acordar las estrategias a seguir ante las administraciones.

Esta sectorial de Asaja nace con el objetivo de ser un referente nacional tanto ante las administraciones, productores y comercializadores defendiendo el interés del productor en todos los aspectos que afectan al aguacate, como para tener información de primera mano en materia de precios, tonelajes, situaciones de mercado,.. Entre los objetivos también está el articular de forma coordinada la defensa organizativa del aguacate española para defender la rentabilidad del producto que se puede ver reducida a corto – medio plazo.

 El nuevo grupo de trabajo busca que ser reconozca la diferenciación mediante una diferenciación  de calidad del aguacate español  que le distinga del importado, para dar a conocer al consumidor las bondades del producido en España.

 

Un cultivo en aumento

La superficie peninsular dedicada a este cultivo fuera de Málaga y Granada ya supone casi el 20% del total peninsular y un 17,45% del total nacional.  Su producción -comienza en octubre y finaliza en mayo, y está repartida de la siguiente manera: Málaga y Granada (15.000 ha), Canarias (1.400 ha), Huelva (1.000 ha), Cádiz (800 ha) y C. Valenciana (600-800 ha).

 

El cultivo de esta fruta tropical hasta ahora está siendo bastante rentable para el agricultor, de ahí la expansión de su cultivo. Así hay varias cuestiones que pueden afectar a corto medio plazo tales como la gran expansión del cultivo en Marruecos y Portugal, con las misma fechas de comercialización que la producción española; el incremento de las producciones y exportaciones hacia la UE de competidores como Sudáfrica, Perú, México (Jalisco) y Colombia; que se solapen fechas de campañas de terceros países, inferior al que demanda la producción española y la tendencia de suministro de la cadenas de distribución hacia estos orígenes.