Thumb
El presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, insta a los parlamentarios andaluces a defender en la nueva PAC el modelo actual de regiones agronómicas y derechos de pago como única vía para garantizar la continuidad de la actividad agraria y evitar que se produzcan trasvases significativos de fondos entre regiones y cultivos



El presidente de ASAJA-Andalucía, Ricardo Serra, que ha comparecido hoy ante el grupo de trabajo sobre la Política Agraria Común (PAC) creado el pasado mes de septiembre en el Parlamento de Andalucía, ha instado a los parlamentarios andaluces a trasladar a sus grupos políticos y al Gobierno de España que “la prioridad absoluta en este momento, en el que Bruselas negocia aún el presupuesto para el marco comunitario 2021-2027, es lograr a toda costa que al menos se mantenga la ficha financiera para la PAC, una política vital para el campo andaluz y español”.

La propuesta presupuestaria que presentó la Comisión Europea en mayo de 2018 recorta el presupuesto de la PAC en un 5% en precios corrientes (los pagos directos sufren una reducción del 4% y los fondos para el Desarrollo Rural experimentan un recorte del 15%) con lo que será imposible mantener el alto nivel de exigencias que la Comisión Europea pretende fijar a los agricultores y ganaderos a partir de 2021. Por ello, y dado que esta propuesta es aún negociable, ASAJA-Andalucía sostiene que “todo el esfuerzo del nuevo gobierno de España, con su presidente a la cabeza, debe centrarse en lograr que el presupuesto europeo de la PAC se mantenga en los mismos niveles del marco actual”.

Tal como ha recordado Serra, “la Política Agraria Común permite que retornen a España en torno a 6.800 millones de euros anuales, de los que Andalucía, primera región del país por su potencial productivo y su número de agricultores, percibe más de 1.800 millones”.

Hasta que no esté aprobado el nuevo presupuesto europeo para el periodo 2021-2027 no se aprobará la propuesta de reforma de la PAC. No obstante, y pese a que se desconoce aún el presupuesto definitivo, la propuesta de la PAC, que se presentó en junio de 2018, se sigue negociando, toda vez que ya han tomado posesión de sus cargos los nuevos parlamentarios europeos y la nueva Comisión.

A este respecto, el presidente de ASAJA-Andalucía se ha mostrado muy crítico con la complejidad de la propuesta de reforma, con su arquitectura medioambiental (reforzada por el nuevo Pacto Verde y la estrategia europea “de la granja a la mesa”) y con la amenaza de renacionalización que entraña esta reforma y que nos conduce a una PAC cada vez menos común.

El presidente de ASAJA-Andalucía lamenta que la propuesta de reforma se olvide del origen y fin último de la PAC: la producción de alimentos. Sólo así se explica que la propuesta no afronte el grave problema de los precios agrícolas y persista en el desmantelamiento de los mecanismos de gestión de mercados.



Aspectos claves de la reforma

Además del propio presupuesto, hay varios aspectos clave en los que el Gobierno y el Parlamento de Andalucía deberían incidir para que la reforma suponga una garantía para la continuidad de la actividad y del empleo en las explotaciones agrarias andaluzas como son: el mantenimiento del modelo de regiones agronómicas y derechos de pago, la defensa de la actividad agraria real, el mantenimiento de los pagos acoplados a la ganadería y a sectores con una dificultad especial, el mantenimiento del apoyo sectorial en el sector de las frutas y hortalizas a través de las ayudas a las organizaciones de productores, el apoyo complementario a los jóvenes agricultores en el marco de las ayudas directas, el rechazo al capping y la degresividad, por sus efectos contraproducentes sobre el empleo; la innovación y la inversión, la actualización y mejora de los mecanismos de regulación y gestión de mercados, el reequilibrio de la cadena alimentaria, reforzando el peso de la producción, el primer eslabón; la mesura y la proporcionalidad en la adopción de las nuevas exigencias verdes que plantean los eco-esquemas y el incremento del apoyo a la innovación, apostando sin tibieza ni complejos por la biotecnología y el I+D en sanidad vegetal.


En el capítulo de pagos directos, el mantenimiento del modelo de regiones agronómicas y derechos de pago con convergencia interna por aproximación en cada una de esas regiones agronómicas constituye un aspecto irrenunciable para Andalucía. Pues tal y como ha recordado Serra “el sistema de pagos directos basado en derechos y regiones permite una mejor adaptación a las características agrarias y ambientales del territorio, evitando que se produzcan trasvases significativos de fondos entre regiones y tipos de cultivo”, y así quedó recogido literalmente en la Declaración Institucional de Andalucía ante la PAC post 2020 suscrita por todas las organizaciones profesionales agrarias y Cooperativas junto con la Consejería de Agricultura en septiembre de 2018, una declaración que fue ratificada por el Parlamento de Andalucía.

El presidente de ASAJA-Andalucía, si bien valora el interés de Bruselas en reconocer la contribución de la agricultura al mantenimiento del medio ambiente y el paisaje y a la lucha contra el cambio climático, quiso cerrar su intervención reivindicando más atención al papel protagonista que tiene el sector en la producción de alimentos, función para la que cada día resulta imprescindible contar con el concurso de un agricultor o un ganadero, y es esta tarea de producir alimentos la que mueve cada día a miles de agricultores y ganaderos andaluces, españoles y europeos a trabajar, a mejorar y a invertir en sus explotaciones.

Ricardo Serra ha pedido la implicación de los parlamentarios andaluces y su colaboración para evitar la difusión de bulos alimentarios y para concienciar a toda la población de las garantías que conlleva el consumo de alimentos producidos en la UE, donde contamos con el mejor sistema de producción del mundo, futo del esfuerzo de los agricultores y ganaderos sujetos a un estricto sistema de control, con unas normas de sanidad animal y vegetal muy rigurosas que garantizan la salubridad y la inocuidad del 99,99% de los alimentos producidos en Europa.


Fuente: Asaja Sevilla