La detección de plantones ornamentales afectados de Xylella en un vivero en el Ejido pone de manifiesto que están funcionando los controles
18 - 04 - 2018ASAJA insiste en la necesidad de extremar las medidas de control fitosanitario en viveros y fronteras, que son los puntos fundamentales para evitar la propagación de esta bacteria e insta al Ministerio de Agricultura y a la Junta de Andalucía a no bajar la guardia.
La Xylella ha ido avanzando de forma inexorable en España en los tres últimos años. En 2016 se detectó en Mallorca, en 2017 salta ya a la Península Ibérica y se detecta en almendros de Alicante y en 2018 hemos tenido el primer caso en un olivo de la Comunidad de Madrid, por lo que era cuestión de tiempo que, antes o después, se detectara alguna planta en Andalucía.
Como sabemos, la 'Xylella fastidiosa' puede causar graves daños en cultivos como olivo, vid, frutales de hueso, cítricos, almendros y numerosas especies ornamentales, por lo que puesto que no hay tratamiento para combatirla, son importantes las buenas prácticas fitosanitarias y el control de los viveros, para asegurarse de que todo el material vegetal que llegue cuente con su pasaporte fitosanitario.
Andalucía cuenta con un Plan de vigilancia para la prevención y lucha contra la Xylella fastidiosa en el olivar que ha propiciado el desarrollo de casi un millar de actuaciones en toda la región en 2017, con 404 actuaciones en viveros en Andalucía y 44 en Sevilla, todas ellas negativas, y 483 actuaciones en explotaciones en Andalucía, 58 en Sevilla, también todas negativas, hasta la de hoy.
La bacteria solo se propaga a través de insectos hospedadores y tal como ha documentado el CSIC en Europa los principales vectores de la enfermedad son los cercópidos y dentro de este grupo destaca la cigarra espumadora (Philaenus spumarius) que se puede detectar fácilmente por la espuma que genera la ninfa para protegerse y mantener la temperatura y humedad adecuadas para su desarrollo.
La presencia de las ninfas o “espumas” es más abundante en las plantas neocotiledóneas y en las gramíneas por lo que es recomendable el desbroce temprano de las cubiertas vegetales para acabar con las ninfas.