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El secretario general, Manuel del Pino, acudió e intervino resolutivamente en la reunión convocada el pasado 6 de febrero por la Delegación de Agricultura en Granada con motivo de la visita del viceconsejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Vicente Pérez García de Prado, donde se dio un repaso general a la situación de la provincia y se recogieron las peticiones y reivindicaciones del sector.


Las especificidades de la provincia de Granada pasan por evaluar y puntuar como criterios subvencionables en las bases reguladoras de todas las ayudas del Plan de Desarrollo Rural andaluz del nuevo marco 2023-2027 el riesgo de desertificación, la baja pluviometría, altas pendientes, altitud y despoblamiento.

 ASAJA GRANADA estuvo presente el pasado 6 de febrero en la reunión convocada por la Delegación de Agricultura en Granada con motivo de la visita del viceconsejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Vicente Pérez, donde se dio un repaso general a la situación de la provincia y se recogieron las peticiones y reivindicaciones más acuciantes del sector.

El secretario general de la organización agraria, Manuel del Pino López, puso de manifiesto en la citada reunión que la nefasta y arbitraria gestión del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 (PEPAC) por parte del Gobierno central, alejada totalmente de la realidad del campo y cargada de una imposible burocracia, va a traer muchas complicaciones para su aplicación junto con considerables  pérdidas en ayudas directas (1er pilar) para nuestros agricultores y ganaderos. Por este motivo, le hizo al viceconsejero una petición de vital importancia para la provincia de Granada, como es que se tengan en cuenta sus especificidades en el desarrollo normativo de las ayudas que integran el Plan de Desarrollo Rural Andaluz del nuevo marco 2023-2027 (2º pilar), cofinanciadas junto con el FEADER por la Administración autonómica, entre ellas las medidas de compensación para zonas con limitaciones naturales, por cumplimiento de compromisos medioambientales y climáticos, de mejora de regadíos y para la incorporación de jóvenes agricultores y creación de empresas. Se trata de que en las bases reguladoras de todas estas ayudas se evalúen y puntúen como criterios subvencionables el riesgo de desertificación, la baja pluviometría, altas pendientes, altitud y despoblamiento para optar a ellas con mayores posibilidades.

Otra de las cuestiones prioritarias planteadas fue el estado de anormalidad en que han quedado en el PEPAC, al incluirse en el grupo de cultivos permanentes y no plurianuales, dos de los cultivos más emblemáticos de Granada como son: el espárrago y los chopos, es decir, fuera de la posibilidad de aplicar alguna práctica medioambiental o eco-régimen para el cobro de lo que antes se denominaba “Pago verde”, un tercio de las ayudas directas. Se instó al viceconsejero a que incidiera y aclarara con el MAPA el problema creado y pueda establecerse una medida específica para estos cultivos en sí mismos sostenibles y generadores de biodiversidad.


  Fuente: Asaja Granada