Una situación complicada es la que vive la ganadería, particularmente la del vacuno de leche. En los últimos 25 años, nuestra provincia ha pasado de tener 120 explotaciones y 5.000 vacas registradas en 1998 a las 14 explotaciones y las más de 2.200 actuales. Esta situación se ha debido, principalmente a la profesionalización del sector, la falta de relevo generacional y la ausencia de nuevas explotaciones, aunque lo que sí es un hecho es que en este cuarto de siglo se ha mantenido la calidad y el mantenimiento de las máximas exigencias sanitarias y de garantía al consumidor.
La situación se ha complicado aún más para estos profesionales en el último año. Y es que, por efecto de la sequía y la subida de insumos, siguiendo la tónica que había en toda España, el censo de animales reproductores en Jaén se ha reducido en torno a un 10-15%, con lo cual, a día de hoy nos encontramos con una importante caída de la producción de leche de vaca a nivel nacional, sin que se constate que llega producto de fuera (la cifra de importaciones de leche se mantiene). Por lo general, según la ley de la oferta y la demanda, una bajada en la producción conllevaría un incremento de precio, pero ese no ha sido el caso, ya que la industria láctea, encabezada principalmente por Lactalis (multinacional francesa que agrupa a marcas como Puleva, RAM, Lauki, y quesos como Flor de Esgueva, Gran Capitán o El Ventero, entre otras muchas), ha planteado a los productores de vacuno de leche la renovación de los contratos que establece la Ley de Cadena Alimentaria con una bajada abusiva del precio base de 9 céntimos menos por litro, que no se corresponde con ninguna disminución en el coste de los insumos.