Las pérdidas en la campaña 2022-2023 podrían llegar a los 500 millones de euros en la provincia de Córdoba

El presidente de Asaja Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, ha alertado de que la situación del olivar en estos momentos es muy delicada debido a que el estado actual de sequía podría reducir la cosecha de la aceituna a la mitad.

   Aunque uno de los puntos por resolver es el de los aforos oficiales de cada una de las campañas, Fernández de Mesa apunta a que en la provincia la cosecha media de aceituna arroja unas 300.000 toneladas y este año podría quedarse en unas 180.000.

   La incidencia de la sequía en la próxima cosecha llega, además, en un momento crítico para los productores de aceite de oliva, sumamente afectados por el alza del precio de los suministros, como los abonos, fitosanitarios y el gasóleo, que se encuentran disparados y subiendo progresivamente.

   De hecho, si se comparan los gastos de esta campaña con respecto a la situación de hace un año, el coste del gasóleo se ha incrementado, pasando de 56 céntimos el litro a  1,30 euros el litro. También, el gasto en abonos es muy considerable, un 105% respecto al año anterior, pasando de unos 380 euros/tn a 780 euros/tn.

    La menor producción de aceite se basa también no sólo en que haya menos aceituna colgada del árbol, sino que, además, “esa aceituna tiene bloqueada su propia fábrica de aceite, y mientras no se den unas condiciones climáticas favorables no comenzará a producirlo con lo que podría llegar a las almazaras con mínimos rendimientos”, afirma el presidente de Asaja Córdoba.

    Además de ello, preocupa mucho ya no sólo esta próxima cosecha 2022-23, si no la siguiente 2023-24. La mala situación en que van a encontrarse los olivos por la falta de agua hará que, de no tener un próximo otoño e invierno con precipitaciones más que suficientes, los árboles no sean capaces de “cargar” aceituna por su debilidad fisiológica.