Se trata de compensar “el brutal incremento” de los precios de los cereales, que se suma a la subida de la energía, el gasoil y los transportes, para evitar el cierre de las explotaciones ganaderas y la paralización de la actividad productora local. La especulación sobre estas materias primas, que cotizan en bolsa, ejerce una gran presión sobre la agricultura y un gran impacto sobre la alimentación.

 

La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) pide al Ejecutivo Regional que la ayuda de los 100 euros por tonelada, que se canaliza a través del Régimen Especial de Abastecimiento (REA) para la adquisición de cereales con destino a la alimentación animal, se mantenga en 2022 y en años venideros, además de agilizar la tramitación burocrática para adelantar las ayudas al sacrificio del ganado.

El objetivo es compensar, de alguna manera, la “brutal subida” que han experimentado estos insumos a lo largo de este año, a lo que se suma la energía, el gasoil, el transporte de mercancías y los embalajes (cartones y plásticos). Una situación sin parangón que inquieta al sector porque se prevé que “los precios sigan subiendo y se prolonguen hasta el mes de abril del próximo año”, lo que puede hacer desaparecer a muchas explotaciones ganaderas al no poder repercutir sus costes de producción en sus ventas.

Cabe recordar que en 2021 se ha conseguido aumentar la cuantía que perciben los ganaderos de las islas de los 92 hasta los 100 euros por tonelada, de manera excepcional, dada la situación derivada de la pandemia. Sin embargo, esta subida de ocho euros por tonelada expira a finales de este año con lo que, si no se articula su continuidad para 2022 y los próximos años, las consecuencias para el sector ganadero “pueden ser nefastas teniendo en cuenta que la alimentación del ganado, es el insumo que representa entre el 50% y el 70% de los costes de producción, dependiendo del tipo de explotación ganadera”.

ASAGA Canarias subraya que el precio de las materias primas básicas como cebada,  maíz y soja, empleados en la elaboración de distintos tipos de pienso para consumo animal, ha experimentado una imponente subida, desde el pasado mes de septiembre de 2020 hasta noviembre de 2021, con un 72,13%, un 51,3% y un 22,5%, respectivamente. En dinero contante, estos porcentajes suponen, en este periodo, que un productor tiene que pagar 132 euros de más por tonelada en el caso de la cebada; 98 euros más, en el caso de del maíz, y 41 euros más en la compra de soja.

Un alza que desde entonces ha generado un sobrecoste al sector ganadero repercutiendo negativamente en su actividad y ahondando más la situación crítica que padecen en los últimos años, especialmente subsectores como el porcino, caprino y cunícola, acentuada por la crisis sanitaria y el cierre de la hostelería y la restauración en el Archipiélago.

La subida de las materias primas, lejos de estabilizarse, se ha incrementado y, a corto o medio plazo, no parece que se vaya a producir una mejora por las informaciones que nos llegan de las fábricas de pienso. Es necesario, por tanto, mantener para el próximo año y los siguientes los 100 euros por tonelada que ASAGA Canarias logró que se estableciera en el año 2013 y que, en contra de nuestra voluntad, se rebajó a los 92 euros por tonelada hace unos años.  

El mantenimiento de esta cuantía, unida a la agilización en el cobro de las ayudas al sacrificio del ganado para que se abone, por ejemplo, de forma trimestral en lugar de semestral o anual como actualmente, permitiría equilibrar las cuentas de los productores y posibilitaría mantener abiertas las explotaciones para seguir abasteciendo de productos cárnicos y lácteos, frescos y de cercanía a los consumidores canarios en línea con la apuesta el Gobierno de Canarias por fortalecer las producciones de cercanía, señala Ángela Delgado, presidenta de esta organización profesional agraria.

 

Incrementar el gravamen a la carne importada

Otra de las medidas correctoras de esta situación sería aumentar el gravamen a la carne importada que compite con la producción local para que los ganaderos tengan más margen de rentabilidad. Tal y como está el panorama actual, los productores canarios tienen que competir con las importaciones cárnicas que llegan a los mercados de las islas a precios más bajos, pero sobre todo con aquellas procedentes de terceros países que entran a Canarias sin aranceles a sabiendas que incumplen los criterios de calidad y seguridad alimentarias exigidos a las producciones comunitarias por la Unión Europea.

Frenar la especulación

Un cúmulo de factores han influido en la subida de estas materias primas. El desequilibrio entre la oferta y la demanda se debe, por un lado, a la compra masiva por parte de China para poder reconstruir el ganado que tuvo que sacrificar el año pasado por la peste porcina, por otro, a la caída de la producción internacional de cereales deprimida por años de precios bajos, a la llegada de fenómenos meteorológicos adversos que han terminado por arruinar las cosechas de países productores como Ucrania, Rusia o Estados Unidos, pero ha sido sobre todo a que la especulación sobre estas materias primas, que cotizan en bolsa, ejerce una gran presión sobre la agricultura y produce un gran impacto sobre la alimentación. La pregunta que se plantea el sector agrario es si los gobiernos “pueden hacer algo que no se está haciendo para frenar esta situación”.

 
Fuente: Asaja  Canarias Asaga