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En el Día Internacional de las Mujeres Rurales, BKT nos conduce a un viaje único por una de las empresas italianas más históricas en el sector de la maquinaria agrícola. Este es el testimonio de primera mano de Rossella Guizzardi y su hija Alice, de Meccanica Guizzardi, sita en Granarolo (norte de Italia).

¿Igualdad de género en la agricultura? Nos estamos acercando, pero no es algo nuevo para los que trabajan en este sector. La función clave que una perspectiva femenina puede desempeñar se está abriendo paso y aporta ventajas concretas, como la claridad, la resiliencia y la creatividad.

El reciente Día Internacional de las Mujeres Rurales, la jornada de estudio establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007, fue testigo del creciente número de mujeres que trabajan activamente en este sector.En Italia, en la actualidad, en torno a 1 empresa agrícola de cada 3 es gestionada por mujeres y el 32 % cuenta con empresarias, propietarias de 361 420 sociedades de un total de 1 145 680. Así, la agricultura «rosa» da empleo a 234 000 mujeres, de un total de 872 000 trabajadores (procesamiento de los datos de Eurostat por parte del ISMEA).

BKT Europe, que no por casualidad está encabezada a nivel estratégico por una mujer (Lucia Salmaso, consejera delegada), nos ayuda ahora a escuchar de primera mano el punto de vista femenino de una de sus clientas.


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Se trata de la empresaria Rossella Guizzardi, Presidenta of FERIA (Federación de Emilia-Romaña de Empresas de Maquinaria Agrícola, por sus siglas en italiano), que, en sus 33 años en el negocio, no ha dejado jamás de vivir la experiencia cotidiana de la firma familiar, Meccanica Guizzardi de Granarolo, en Emilia, en el norte de Italia, donde la diversidad de género no ha supuesto nunca un problema.  Y aún menos lo será para su hija Alice, que, gracias a sus estudios sobre agricultura, se está incorporando a la empresa con la energía y el ánimo de quien tiene grandes objetivos por cumplir. 

1) Rossella, en cuanto a la diversidad de género en la agricultura, ¿en qué medida la consideras un problema, una traba?

Creo que la típica imagen del hombre conduciendo el tractor y la mujer en casa cuidando de los niños y dándoles de comer a las gallinas ha prácticamente desaparecido. Por suerte, es un estereotipo que ya no se corresponde con la realidad actual. Cuando mi abuelo fundó nuestra empresa, en 1932, los roles sí que eran parecidos a los que acabo de mencionar, pero no era más que un reflejo del mundo laboral de aquel entonces: arar una parcela con un carro y bueyes. Con la generación de mi padre, las mujeres de la familia contribuyeron de una manera natural y activa al crecimiento de la empresa.

Quizá el «defecto» de las mujeres que trabajan en entornos 100 % masculinos es no hacerse visibles y trabajar siempre en la sombra. En cambio, la función de la mujer es valorada y su opinión, escuchada con atención. Al menos esto es lo que la experiencia me enseña en mi caso.

La diversidad de género puede ser un recurso real, una dualidad gracias a la cual contamos con dos puntos de vista diferentes confrontados entre sí. Veo como se materializa esto a diario con mi hermano Massimo: nunca podría arreglármelas sin él, todo un experto en agronomía y un profesional del campo. Del mismo modo, él sabe que puede contar conmigo para todos los aspectos operativos y organizativos, de logística y de suministros. 

2) Rossella, según tu experiencia, ¿en qué ha marcado la diferencia el rol femenino?

La claridad, así como la resiliencia, son en mi opinión atributos femeninos que ayudan a marcar una diferencia, por supuesto positiva, cuando hay que enfrentarse a una crisis más o menos grave. Me refiero en particular a un reciente e importante cambio en la empresa, cuando nos vimos en una encrucijada y tuvimos que decidir si dejarlo o cambiar de perspectiva. Debo confesar que mi hija Alice, a pesar de sus 23 años, me ayudó un montón con su energía y sus ideas. Y aquí estamos hoy, reinventándonos, con confianza en el futuro gracias a nuevas iniciativas que concuerdan con nuestras posibilidades, por lo que estamos empezando a crecer de nuevo, expandiendo incluso nuestra base de clientes.

Hablo a menudo con Alice sobre cuestiones empresariales y de lo que estoy segura es de que se sigue necesitando mucha formación en nuestro sector, un aspecto que trasciende las temáticas de género. La formación es el auténtico trampolín hacia el futuro, a diario ella me ayuda a interiorizar este concepto.
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3) Alice, a partir de tu experiencia de estudios, ¿cómo esperas que será el futuro de la agricultura y por qué son importantes las mujeres?

En realidad, sigo estudiando aún. Me gradué en Economía y Marketing Agroindustrial, pero ahora estoy finalizando un máster de 2 años en Ciencia y Tecnología Agrícolas, con una especialización en administración de empresas. A nivel universitario, la presencia de jóvenes de ambos sexos es aproximadamente la misma y esto apunta a un futuro marcado por la igualdad en los puestos ocupados.

Los estudios son esenciales para desarrollar el sector y es maravilloso disfrutar de la posibilidad de poner mi granito de arena en la empresa familiar. 

4) Alice, ¿trabajarás en Meccanica Guizzardi?

No sé si trabajaré a tiempo completo en la empresa o si ejerceré simplemente de consultora. Me gustaría poner mis ideas sobre la mesa con sencillez y sin prisas, para ir avanzando poco a poco. En la medida de lo posible, trataré de mantener vivos los principales objetivos que le dan sentido al trabajo en la agricultura hoy y en el futuro, o sea, la sostenibilidad, un aspecto en el que he trabajado a lo largo de todos mis estudios.  

5) Rossella, una pregunta final: utilizas productos BKT y también conoces a Lucia Salmaso, consejera delegada de BKT Europe y una mujer del mundo de la agricultura. ¿Cómo es tu relación con la empresa?

Conocí a Lucia Salmaso en persona y fue un encuentro vibrante. Ella es el símbolo de una empresa basada en las personas y ese es el motivo por el que somos fieles clientes de BKT. Creemos que su mundo y el nuestro van de la mano. Nos apoyan e intervienen inmediatamente cuando es necesario. Literalmente, trabajan sobre el terreno.

En BKT, siempre he visto compromiso, el deseo de comprender, de descubrir más cosas, de mejorar.

Es una marca dinámica que asociamos con el campo, el trabajo, el esfuerzo y la atención por el medioambiente. Ha crecido de un modo que nos representa mucho. La pusimos a prueba —como han hecho tantos— y ya nunca la abandonamos. Además de gustarnos el producto, ahora hay también una sensación de estima.
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Objetivos, el futuro, horizontes cercanos y distantes. En pocas palabras, el mundo de la agricultura está en constante movimiento.

Estar cerca de sus usuarios es la respuesta más natural de BKT para enfrentarse al reto de los próximos años, también mediante una sencilla conversación en Emilia, en el hogar de la familia Guizzardi.