ASAJA denuncia que en 2011 hubo una media de 5 ataques y 12 animales muertos cada día.

Cerca De 500 ganaderos y agricultores de todas las provincias de Castilla y León han participado en la manifestación convocada hoy en Valladolid por ASAJA contra el consejero de Medio Ambiente, Antonio Silván, por su política de no proteger al ganado ni compensar a los ganaderos ante los cada vez más numerosos ataques de lobos.

            La protesta, que comenzó en la Plaza del Milenio de la capital y que transcurrió sin incidentes hasta las puertas de la sede de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, iba encabezada por numerosos niños, hijos de socios de ASAJA, disfrazados de ovejas y vacas, seguidos por unos cuantos más mayores vestidos de “lobos” y, más atrás, los manifestantes, que llevaban pancartas con el lema “Ganado + Lobo = Ruina”. También acompañaban a la comitiva, como desde hace seis años es habitual, los tres Reyes Magos, que llevaban sendas cestas de carbón para ser entregadas al consejero de Fomento y Medio Ambiente. Entrega que finalmente no pudo realizarse, porque se impidió el paso de los Magos de ASAJA al registro correspondiente, “un gesto más de prepotencia y mal encaje de las críticas, algo a lo que por desgracia estamos habituados”, lamenta ASAJA.

            A las puertas de la Consejería, Donaciano Dujo, presidente de ASAJA de Castilla y León, denunció la gravedad del problema, apoyándose en cifras: según estimaciones de la OPA a partir de los datos oficiales, si en 2007 hubo poco más de 400 ataques y alrededor de unos 1.200 animales muertos, en este último año, 2011, “estaríamos hablando de 1.800 ataques y 4.500 cabezas de ganado muertas en la región por culpa del lobo, lo que significa que cada día hay 5 ataques y 12 animales muertos en ganaderías de Castilla y León”, apuntó Dujo, que puntualizó que “o se toman medidas para que el lobo ocupe espacios diferentes a la ganadería de extensivo, o esta tendencia a la multiplicación de los ataques no ha hecho más que empezar”.

            En cuanto a las pérdidas económicas, sólo atendiendo al valor de las 4.500 cabezas muertas estaríamos hablando de un millón y medio de euros anuales, cifra a la que habría que sumar las pérdidas derivadas del lucro cesante, los mayores costes por el manejo del ganado para minimizar ataques, y la renuncia a utilizar ciertos pastos donde la presión del cánido está siendo tan grande que convierte en inviable la práctica del pastoreo.

            “El problema del lobo –apunta el presidente de ASAJA– no se soluciona con ningún seguro, porque la raíz está en la incompatibilidad de esta especie con la ganadería de extensivo. No pedimos su eliminación, sino que la administración se aclare respecto a los espacios que tiene que ocupar este cánido y facilite mecanismos para que se le alimente sin atacar a ganado vivo, recuperando los muladares”.