El consumo de aceite de oliva en Bélgica, pese a estar todavía lejos del consumo de los principales países productores de la UE como España, donde el consumo per capita es de 10,77 litros, ha experimentado un crecimiento importante en el último quinquenio, según datos del ICEX.

 

En el país belga en el conjunto de aceites y grasas, sin embargo, durante el mismo período, se ha producido un descenso de un 2,57% en consumo per capita, mientras que el aceite de oliva ha mantenido un crecimiento de un 7,02%, hasta alcanzar los 1,35 litros en el año 2017.

Bélgica es un país netamente importador de aceites de oliva, alcanzando en 2017 un volumen importado de 17.423 toneladas, a una media de cotización de 4,31 €/L.

Entre 2012 y 2017 se ha producido un crecimiento de un 4,21% en las importaciones belgas de aceites de oliva.

España es el principal proveedor, aunque mayoritariamente para aceites envasados con marca distribución

España es el principal proveedor de aceite de oliva en Bélgica, con un 55% de cuota de mercado en valor, y un 58% en volumen. Contabilizando las cantidades enviadas existe prácticamente estabilidad, ya que en el período considerado disminuyó un 0,69%, en cambio el valor de las mismas se ha incrementado un 39,40%. Es decir, se ha asistido a un encarecimiento de las importaciones por unidad, en paralelo a la evolución sufrida en el mercado interior de las cotizaciones.

Los italianos exportan sus aceites mayoritariamente como marca fabricante

Pese a ser el principal suministrador de estos aceites, la percepción entre los consumidores de Bélgica acerca del origen del aceite no se corresponde con esta realidad, porque un volumen considerable del mismo es comercializado en grandes cadenas bajo marca blanca o marca de distribuidor, mientras que otros países como Italia exportan mayoritariamente en envases con marca fabricante.

Por otra parte se observa un considerable incremento de la demanda de aceite de oliva virgen extra en California (Estados Unidos).