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Representantes de la organización agraria ENBA, Igor Merino, Iñigo Bilbao y Xabier Iraola han comparecido hoy ante el Parlamento Vasco con el objetivo de trasladar a los parlamentarios la problemática generada por un deficiente etiquetado de la miel y su incidencia en un sector apícola como el vasco que, a 1 de enero de 2018, contaba con 1.024 explotaciones apícolas (88 profesionales y resto no profesionales), 23.666 colmenas.

 

Representantes de la organización agraria ENBA, Igor Merino, Iñigo Bilbao y Xabier Iraola han comparecido hoy ante el Parlamento Vasco con el objetivo de trasladar a los parlamentarios la problemática generada por un deficiente etiquetado de la miel y su incidencia en un sector apícola como el vasco que, a 1 de enero de 2018, contaba con 1.024 explotaciones apícolas (88 profesionales y resto no profesionales), 23.666 colmenas.

Desde ENBA, hemos trasladado a parlamentarios vascos la existencia del problema del etiquetado de la miel a nivel europeo que afecta a lo que ocurre en todas nuestras casas y que la Norma de calidad de la miel que desarrolla su etiquetado a través del Real Decreto 1049/2003 que desarrolla los requisitos establecidos en la Directiva 2001/110/CE, provoca que las mieles que consumimos en Europa y que también se pueden encontrar en nuestras casas no especifique su procedencia u origen.

De hecho, con que solamente aparezca la leyenda “mezcla de mieles originarias y no originarias de la CE” el consumidor podría estar consumiendo una miel cuyo origen podría ser España en un 1% y el 99% de China y esta situación, que podría ser aceptable si el consumidor lo conociera, está generando una situación de desprotección al consumidor europeo y de situación de competencia desleal al apicultor europeo, que está teniendo graves consecuencias en la apicultura de Euskadi, impidiendo su natural desarrollo.

Teniendo en cuenta la normativa vigente y la política agraria europea dominante, se puede afirmar que la defensa del mercado de la miel y de los productos procedentes de la apicultura en términos de información clara y real al consumidor, de evitar los fraudes y la inseguridad alimentaria, es una de las pocas herramientas que aún nos queda a los apicultores y consumidores europeos.

Esta información está contrastada, ya que el Centro Común de Investigación (tras la orden de la Comisión de realizar un control centralizado) analizó muestras de miel de los Estados miembros y concluyó, entre otras cosas, que un 20 % las muestras de miel tomadas en las fronteras exteriores de la Unión y en las instalaciones de los importadores no cumplían los criterios de composición o los procedimientos de producción de la miel establecidos en la Directiva relativa a la miel (2001/110/CE) y que un 14 % de las muestras contenían azúcar añadido.

Así y todo, pese a ello, sigue llegando a Europa miel falsa y adulterada, que después se mezcla con miel europea y se comercializa como “mezcla de mieles originarias y no originarias de la CE”.

Por estas certezas y no sospechas recogidas en el informe sobre perspectivas y desafíos para el sector apícola de la Unión (2017/2115(INI)) tratado en el Parlamento Europeo el 8 de febrero de 2018, al igual que otras iniciativas desarrolladas por la CODACC (Confederación en Defensa de la Abeja en la Cornisa Cantábrica) que se han producido en otros ámbitos territoriales, desde ENBA  hemos comparecido ante el Parlamento Vasco para que se impulsen iniciativas políticas que promuevan la modificación de la normativa que regula el etiquetado de la miel, para que sea obligatorio detallar el país de procedencia y elaboración del producto, el origen floral y si se diera el caso se indique su pasteurización, realizando cuantas acciones sean precisas en las instituciones del Estado español y de la UE para el establecimiento de un marco normativo de etiquetado claro que sea obligatorio en todo su territorio. 

Se adjunta informe

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