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La presentación del plan de recuperación y recolonización del lobo supone una amenaza para el mundo rural y en especial para los ganaderos andaluces, que son quienes mantienen los rebaños que garantizan la preservación del medio natural

La Junta de Andalucía abre la puerta al lobo, enemigo de la ganadería y del medio rural, y da otro empujoncito al ganadero, cada día más arrinconado y a un paso de la extinción.

En esta línea se manifestó el director general de ASAJA-Andalucía, Vicente Pérez, durante la reunión del Consejo Andaluz de Biodiversidad que convocó ayer la Consejería de Medio Ambiente, tras cuatro años sin ninguna reunión, con la pretensión de dar el visto bueno al programa para la recuperación del lobo ibérico y a una memoria justificativa con la que persigue catalogar a este depredador como “especie en peligro de extinción”.

El desafortunado programa plantea extender el lobo por las sierras andaluzas. Así, en una primera fase contempla la “recolonización” de la Sierra de Hornachuelos, la Sierra Norte de Sevilla, el Guadiato-Bembézar, el Guadalmellato y las cuencas del Rumblar, Guadalén y Guadalmena. Un área que cuenta con más de un centenar de municipios que tienen en la ganadería su principal actividad económica.

El programa constituye una insensatez puesto que el lobo, sin necesidad de programas de apoyo ni de más dinero público, mantiene su presencia en las zonas tradicionales de Cardeña, Montoro, Andújar y Despeñaperros y está en expansión en toda la Península Ibérica, creando graves problemas en todas las zonas ganaderas que recoloniza.

Tanto al norte como al sur del Duero los lobos están causando estragos en la cabaña ganadera,  constituyen una fuente constante de conflicto y son frecuentes las manifestaciones de rechazo, e incluso en aquellas provincias en las que su presencia es aún testimonial el debate se centra justamente en lo contrario, en rebajar la catalogación de la especie para evitar su proliferación. Los ataques de lobos al ganado en España suponen unos daños anuales directos de más de cinco millones de euros.

Con más de 270 grupos reproductivos censados y con lobos hasta en la Comunidad de Madrid no se puede hablar de una especie en peligro de extinción, por lo que desde ASAJA-Andalucía apelamos a la sensatez y a la cordura de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y le pedimos que intervenga y que frene este esfuerzo inútil que a nada conduce, que nada aporta y que, de salir adelante, será fuente de conflictos en el mundo rural.

Con independencia del loable mandato de preservación de todas las especies allí donde tengan presencia, desde ASAJA-Andalucía debemos manifestar que reivindicar la conservación del lobo a toda costa es una temeridad, porque el lobo mata, y lo hace despiadadamente. Su conservación hoy es difícilmente  sostenible dado que no es posible la convivencia pacífica con la ganadería extensiva. La Consejería de Medio Ambiente no debería olvidar que el sector ganadero es hoy por hoy fundamental para la conservación del medio natural.

 

Como representantes de los agricultores y los ganaderos andaluces tenemos que reiterar que el primer problema del monte andaluz está en el envejecimiento del campo, en la reducción de la cabaña ganadera y en el abandono de los núcleos rurales.  Este es el verdadero peligro para el monte y el medio rural andaluz, y para atajarlo desde ASAJA-Andalucía ofrecemos nuestra sincera y leal colaboración a todas las administraciones que planteen medidas que contribuyan al rejuvenecimiento y al fomento de la actividad agrícola y ganadera, pero no vamos a permitir que el medio de vida de nuestros pueblos se vea amenazado por la visión romántica del urbanita que ve el campo a través de la ventana del AVE.

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