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Esta organización denuncia el estado de indefensión permanente que vive el agricultor debido a la diferencia abismal de precios entre la materia prima y el precio final de producto

 

Señala que este año las explotaciones van a ver claramente mermadas su rentabilidad a causa del incremento de precios ocasionado por  las bajas producciones de la presente campaña


APAG Extremadura ASAJA exige que el precio final del vino repercuta en las liquidaciones del viticultor, ya que de lo contrario estaríamos ante un nuevo incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria.

Esta organización asevera que los distintos precios reflejados en las tablillas durante la vendimia no se corresponden con la realidad de mercado. En concreto, según la Mesa de Precios de Vino de la Lonja de Extremadura durante la semana del 22 de septiembre, el precio del vino blanco contratado fue de 4,20 euros/ hectólitro. y el vino tinto de 5,20 euros/hectólitro, unas cifras que nada tienen que ver con los precios de la uva publicados en las tablillas durante la vendimia.

Prueba de ello es que el precio concertado para la uva blanca fue de 3,50 pesetas y  4 pesetas para la tinta,  por lo que los márgenes de beneficio para el comprador son  aproximadamente de un 42% y un 47%, respectivamente.

Ante esta diferencia abismal de precios entre la materia prima y el precio final de producto, APAG Extremadura ASAJA denuncia que el viticultor vive en un estado de indefensión permanente.

Tradicionalmente ha adolecido en muchas zonas productoras de una ausencia total de garantías para los viticultores en cuanto a la seguridad del  plazo de pago y el precio a percibir, por lo que esta organización pide a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA), que vele por por el cumplimiento de la Ley de Mejora de la Cadena Alimentaria y espera que los pagos y liquidaciones que se abonen al viticultor sean acordes a los precios de mercado de vino.

Si ya la situación para el agricultor es dramática debido a los precios de miseria, se agrava aún más por culpa de la baja producción de esta campaña. En concreto, se va a ver reducida en un 50% con respecto a la campaña media, lo que se traduce en algo menos de 2.000.000 de hectólitros en total (uva tinta y blanca), a causa de la sequía que se arrastra desde hace años y a las altas temperaturas de estos últimos meses, principalmente.

De esta manera, la organización señala que este año las explotaciones van a ver claramente mermadas su rentabilidad a causa del incremento de precios ocasionado por  las bajas producciones de esta campaña que se encuentra a punto de finalizar.