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En España el empleo de semillas certificadas de cereal (trigo, cebada, centeno, avena y triticale) por parte del agricultor cerealista ha sido tradicionalmente muy bajo, pero en los últimos años su uso se ha incrementado alrededor del 10%, como resultado de la verificación por parte del agricultor, campaña tras campaña, de la ventaja en rentabilidad de utilizar semilla certificada y por eso cada año su consumo se está incrementando.

 La campaña “Recoges lo que siembras” (https://semillacertificada.wordpress.com/), muy enfocada a mostrar la importancia de la semilla certificada de cereal en la rentabilidad del agricultor, también ha tenido una notable incidencia en el aumento de su consumo.
 
En 2011 se firmaron los convenios de acondicionamiento de grano entre entidades ANOVE-GESLIVE (Asociación Nacional de Obtentores Vegetales y su filial para la gestión de licencias), y las entidades Cooperativas Agro-alimentarias de España, APROSE (Asociación de Productores de Semillas Selectas), ACCOE (Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España, ACML (Associació Catalana Multiplicadors Llavors) y SEMICAN (Asociación Empresarial Andaluza de Productores de Semilla Certificada). A través de este convenio, se facilita la declaración que deben realizar los agricultores que reemplean grano de variedades protegidas para siembra, a la vez que los obtentores renuncian al 50% de las cantidades que deberían ingresar por este concepto. Este 50% que no va a los obtentores, se destina a unos fondos que tienen como objetivos, fundamentalmente, el apoyo a la red GENVCE de ensayos de cereal, y a acciones de información, formación y promoción del uso de semilla certificada.
La utilización de semilla certificada es la solución para aumentar la productividad por hectárea y contribuir a una agricultura innovadora, rentable y sostenible.
La inversión en la mejora genética de variedades de cereal ha supuesto numerosos beneficios: mejorar la resistencia a enfermedades y plagas, adaptar los cultivos a condiciones adversas, facilitar la mecanización, cultivo, transporte y almacenamiento, mejorar la calidad, la adaptación a los procesos de transformación y uso y en suma el incremento de los rendimientos potenciales. Como ejemplo, en los últimos 13 años el rendimiento medio ponderado de las 10 variedades de trigo más sembradas en España se ha incrementado a razón de 26 kg/ha año.
La semilla certificada tiene 3 categorías: G4, R1 y R2.
1.   Las dos primeras (G4 y R1) son producidas por agricultores-multiplicadores que contratan con la industria la obtención de semillas para las campañas siguientes.
2.   La semilla R2 certificada, por su parte, se dedica totalmente a la producción de grano y no de semilla. Esta R2 certificada, ofrece todas las garantías varietales, sanitarias y de calidad.
Es importante recordar que toda semilla certificada lleva su correspondiente etiqueta de identificación.
El proceso de certificación consiste en lo siguiente:
•       Firma de un contrato entre agricultor y multiplicador.
•       Declaración del mismo al organismo oficial de control.
•       Seguimiento de las parcelas a lo largo del ciclo del cultivo (depuración de las mismas en caso necesario, etc.).
•       Comunicación, al organismo oficial de control, al inicio de la recolección para hacer los análisis oportunos.
¿Por qué sembrar una semilla R2 certificada?
Cualquier variedad de cereal, a los pocos años, degenera y disminuye su calidad como semilla, lo que se traduce en menos plantas por hectárea, una merma de productividad, mayor susceptibilidad de tener enfermedades y aparición de plantas que no responden a las características genéticas de la variedad.
La degeneración varietal a la que inexorablemente tienden las variedades de cereal en multiplicación extensiva, por mucho cuidado que se ponga en su cultivo, es debido a:
1.   Causas mecánicas: se producen cuando se siembra una variedad en una parcela que tiene semillas no germinadas de una cosecha anterior, semillas extrañas que puede llevar el abono orgánico, o mezclas de semillas no deseadas, producidas en la sembradora u otros aperos o almacenes del agricultor.
2.   Causas ambientales: ataques de enfermedades por aparición de nuevas razas de las mismas (por ejemplo roya amarilla).
3.   Causas genéticas: se producen cuando en campos próximos se siembran variedades distintas y produce cruzamientos espontáneos entre ambas variedades. Esto no solo se produce entre variedades alógamas (centeno) sino también en variedades autógamas (trigo, avena y en menor proporción cebada). Estos cruzamientos espontáneos producen, en generaciones sucesivas, modificaciones en el tipo de variedad y en las características agronómicas (trigos mochos con espigas barbadas o al revés, etc.)
Las anteriores son razones más que evidentes para aconsejar la utilización de semilla R2 de variedades certificadas.
Además con el precio de su compra, no solo se está adquiriendo la calidad mencionada en el apartado anterior, sino que el precio también repercute en la investigación en mejora genética para la obtención de nuevas variedades más productivas, adaptadas en cada zona y a las condiciones cambiantes de nuestra agricultura. Poner una nueva variedad vegetal en el mercado requiere un periodo de investigación de 10 a 12 años y una inversión 1 a 1,5 Millones de euros.
¿Qué pasará en el mercado Cerealista en el futuro?
Actualmente ya se comercializan cebadas híbridas, introducidas por Syngenta en el mercado español, y en un futuro próximo la oferta se completará con trigos híbridos, que casi con toda seguridad aumentarán su participación en el mercado nacional debido al incremento de producción que supone el vigor híbrido, así como su mayor tolerancia a enfermedades y mejor utilización de nutrientes, entre otros beneficios que podrán ofrecer. Estas semillas no pueden multiplicarse por parte del propio productor, que tendrá que comprar cada campaña la cantidad de semilla que quiera sembrar.
Si durante muchos años ha sido posible poder reproducir la semilla de cereales de una misma variedad año tras año, es gracias a una característica botánica de estas especies, la autogamia. Esto significa que las plantas de cereal se reproducen sin que haya cruzamiento, y por lo tanto las líneas puras casi no degeneran.
En cambio, con las Cebadas híbridas, más productivas que las líneas puras, es inviable utilizar los granos que se obtienen de su cosecha para sembrar, debido a la pérdida del vigor híbrido en la segunda generación y la dispersión de sus características varietales en la descendencia. Ejemplos muy claros de esto son el maíz, girasol y más recientemente la colza, en que la mayoría son híbridos comercializados por las mismas empresas que las obtienen y multiplican.